La obra apareció durante unas obras en la que actualmente es la tienda de recuerdos de la catedral. BDA / Irene Dworak.
Según una publicación oficial de la Oficina de Monumentos de Austria, el pasado mes de noviembre se liberó de la tierra acumulada durante siglos un mural sobre una pared de lo que ahora es una tienda de recuerdos en la Catedral de San Esteban de Viena. El mural estaba elaborado sobre yeso fresco y probablemente data de alrededor de 1505.
La pintura representa a san Leopoldo, patrón de Viena, flanqueado por santa Catalina y santa Margarita, y a juzgar por su composición y calidad los expertos aseguran que podría haber sido ejecutada por el artista alemán Alberto Durero, considerado uno de los mejores grabadores de la historia.
El historiador del arte Michael Rainer indica que la la obra podría haber sido encargada por el propio emperador Maximiliano I, pues recuerda que, según los datos de su biografía del artista, el que fuera cabeza del Sacro Imperio Romano Germánico le ordenó a Durero que “pintara para él algo grande en la pared“, por lo que este descubrimiento le podría poner un lugar físico a la anécdota.
Por su parte, el especialista en el trabajo de Durero Erwin Pokorny también ve la pintura como obra del renacentista alemán y aseguró para el portal The Art Newspaper que “ninguno de los ayudantes o discípulos de Durero pudieron alcanzar la calidad de las pinceladas virtuosas del dibujo“.
Los resultados de las investigaciones se publicarán en la revista austríaca para la conservación del arte y los monumentos, Osterreichische Zeitschrift fur Kunst und Denkmalpflege.
