El paciente se llama Adam Castillejo y su caso es totalmente verificable. Oficialmente, ha pasado a ser la segunda persona en superar la infección.
A pesar de las décadas de investigación, especulaciones, teorías y tratamientos, sólo había una constancia en torno al virus hasta hace muy poco: una vez infectado, ese virus jamás desaparecería hasta que su huésped muriera. Era así hasta que la tecnología permitió una primera recuperación, a la que acaba de seguir una segunda, conocida ahora. Y parece que hay que agradecérselo a un trasplante de médula ósea, que acaba con la concentración vírica mediante células madre. Este tratamiento ha tenido éxito, y la prueba de ello es el nuevo paciente curado, Adam Castillejo.
Ravindra Gupta, autor principal de esta investigación, recalcó en sus declaraciones que buscaron indicios del virus en todos los lugares comunes donde suele concentrarse, para así corroborar la desaparición del mismo.
«Es difícil imaginar que se eliminen todos y cada uno de los restos de un virus que infecta a miles de millones de células».
Sin duda alguna es una avance muy importante para poder curar el virus del VIH en todo el mundo, aunque actualmente muchos doctores se mantienen alejados de cualquier método que involucre células madre por cuestiones éticas, seguramente podrían cambiar de parecer dentro de poco.
