Como nunca se supo el nombre de este hombre, le dieron el seudónimo de “Hombre del agujero”. Esto debido a la cantidad de agujeros que había construido en toda la región donde solía habitar. Las hipótesis de por qué los creaba son varias; algunas sostienen que los construía para cazar mientras que otras apuntan a que usaba los hoyos para esconderse.
El “hombre del agujero” había permanecido solo en la selva amazónica luego de que aniquilaran a todo su pueblo excepto a él. Este hombre estuvo aislado del resto del mundo por decisión propia durante 26 años, ya que no tenía intención de ser ayudado ni contactado por otros seres humanos. Es decir, sobrevivió completamente solo hasta el día de su muerte. Ese día llegó, y se cree que tenía cerca de 60 años en el momento de su deceso.
Lo encontraron reposando en una hamaca decorada con plumas, sin signos vitales. Según informaron las autoridades brasileñas, las causas de su muerte habrían sido naturales.
La muerte del último miembro de la tribu Tanaru deja en evidencia el brutal genocidio que están viviendo las poblaciones originarias de la selva amazónica brasileña. En décadas pasadas, la resistencia indígena habría intentado salvar las tierras amazónicas del avance de la civilización, pero el resultado fue una brutal masacre. Uno de los pueblos masacrados fue el de la tribu de los Tanaru, de la cual era miembro el “hombre del agujero”.
Este pueblo era dueño de más de 8000 hectáreas de la selva del Amazonas ubicadas en el Estado brasileño de Rondônia, en la frontera con Bolivia. Dicha región fue muy codiciada agricultores, mineros y ganaderos por considerarse una basta porción fértil. Como los pueblos originarios no recibieron respaldo del gobierno, fueron asesinados sin piedad solo porque codiciaban sus tierras.
Algunas organizaciones no gubernamentales e instituciones del gobierno brasileño intentaron asistir al hombre del agujero pero sin éxito. Una de ellas fue la Funai, Agencia de Asuntos Indígenas de Brasil. Esta institución tardó mucho tiempo en percatarse de la presencia del último miembro de la tribu Tanaru, pero luego de hacerlo lo vigilaron de cerca.
Tras varios intentos por contactarlo, decidieron dejarlo en paz. Pero, tras su muerte renace la incertidumbre sobre qué pasará con las tierras que él protegía y con el resto de las tribus que aún habitan esa región.
La muerte del último miembro de la tribu Tanaru sirvió para que el movimiento indígena de Brasil y Survival exigieran protección permanente del Territorio Indígena Tanaru. Además aspiran a que no vuelva a ocurrir algo similar con otras tribus amazónicas.
Por desgracia, el actual gobierno de Brasil insiste en explotar la selva amazónica con fines de lucro. Eso no solo podría acabar con las poblaciones originarias, sino también con el ecosistema de la región.
https://www.sciencealert.com/the-last-member-of-an-isolated-amazon-tribe-dies-alone
